Un día un ateo caminaba por un camino, resbaló y cayó por un precipicio. Al caer se aferró a una rama y pensó: solo Dios puede salvarme ahora. Pero yo nunca creí en él ¿Que puedo hacer? y exclamó: ¡Por favor Dios, nunca creí en ti, pero si me salvas, creeré en ti para siempre! Dios dijo: Esta bien, creeré en lo que dices y te salvaré...Suelta la rama, y un ejército de ángeles te sostendrán para que no caigas y te llevarán otra vez al camino. ¿Soltar la rama?, exclamó el hombre. Luego con desesperación preguntó: ¿Hay alguien más ahí arriba?

 

¡Dios les bendiga!

Amén