Debido a las crisis por la cual atraviesa nuestra sociedad, los jóvenes se enfrentan una serie de problemas y conflictos que les hacen desfallecer, desanimar y en ocasiones les quitan el deseo de vivir; debido a esto y a muchas otras razones se desvían por otros caminos buscando la solución para sus problemas. Estos caminos pueden ser: drogas, alcohol, cigarrillos, falsas doctrinas, etc.

 

Los jóvenes encerrados en sus cuartos con sus estéreos a todo volumen, tratan de escapar de sus problemas, pero lo que no saben es que así se exponen a recibir mensajes negativos que le inspira a quitarse la vida, a drogarse y rebelarse contra sus padres, las autoridades y Dios.
 

Ante esta situación nos hemos sentido impulsado por el Señor Jesús a decirle: “Joven, no todo está perdido, pero tenemos que cuidar de nuestras vidas, pues tenemos un enemigo que anda como león rugiente buscando a quien devorar”. Tristemente muchos jóvenes se trazan metas, y cuando no las alcanzan se desaniman; no luchan, dando lugar a que el enemigo los oprima; pero el Señor Jesús siempre tiene su mano extendida para socorrer a los que se acercan a Él. Él quiere que cada joven deposite su juventud en sus manos para guiarlo a una victoria segura sobre el enemigo.

 

Las cosas antes mencionadas producen en los jóvenes: ansiedad, tristeza, odio, menosprecio, soledad, enemistad, rebeldía, depresión ... lo que puede traer a su vez autodesprecio y suicidio.
 

La Biblia dice “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12). Joven, aun estás a tiempo, analiza en que camino te encuentras hoy, porque Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Si andamos en Él, tendremos seguridad al caminar y vida eterna.

 

El Señor Jesús necesita de jóvenes que no le teman a nada, y que rescaten a otros para el reino de los cielos. Solo hay que mirar los periódicos y escuchar las noticias para ver como está la situación dentro de nuestra juventud, pero ante todo este panorama se levanta en el Calvario, un símbolo de triunfo, de vida, de fe y esperanza para todos los que a Él se allegan, hay solución para aquellos que se encuentran así: Jesucristo. Fuera de Él no hay quién salve, no hay quien liberte.

 

Pero damos gracias a Dios por Jesús, quien vino a deshacer las obras del diablo. Cristo siempre está dispuesto a ayudar cuando se lo pedimos con fe. Así siendo joven, tú que estás pasando por algunas situaciones iguales a estas debes reconocer que solo el Señor Jesucristo puede cambiar tu vida.
 

 

¡Dios les bendiga!

Amén